[1]
Probablemente la captura tenga un lugar privilegiado, porque sin este primer
momento no existirían los demás, sin embargo, en tanto fenómeno total no cabría
establecer diferencias entre cada una de ellas. José Luis Brea en La era postmedia habla de un segundo
obturador, haciendo referencia a lo que sucede en el momento de estar
trabajando en el cuarto oscuro o frente a la pantalla de la computadora.
[2]
En un texto titulado Lo uno y lo otro
que escribí en 2003 planteaba: “Efectivamente la Fotografía es, como se dice
comúnmente, el arte de escribir con luz; sin embargo, é́sta no es sino una
definición donde la física y la química hacen su digno trabajo, pero suena
igual que llamar al fotógrafo artista de la lente: un lugar común de la
poética. ¿Por qué no aceptar que la Fotografía es algo mucho más complejo? ¿Por
qué no decir que es el arte de escribir
sobre el tiempo y el espacio, y esencialmente con el tiempo? La
fotografía es mucho más que malabares físico-químicos; evidentemente al afirmar
esto entramos a un terreno más difícil de definir y de explicar, probablemente
a un problema de carácter lingüístico-filosófico. Pero si la fotografía fuera
simplemente un asunto físico-químico, ¿por qué sacudió tanto a la sociedad de
los siglos XIX y XX, y ahora del
XXI? Lo atribuyo a que, entre otras particularidades, introdujo la variable
tiempo en nuestra forma de pensar”.
[3]
Hasta hace poco decíamos que lo registrado se depositaba sobre un material
sensible, hoy tenemos también la opción de guardar ese registro en un
dispositivo digital.
[4]
Cabe hacer notar que, si aceptamos que la Fotografía es el acto de escribir con
luz y lo limitamos a la captura, el panorama pinta bien, pero si exigimos de
manera ortodoxa, que esta acción debe extenderse a todas las etapas del proceso
fotográfico, entonces la discusión se complica y probablemente nunca lleguemos
a respuestas conciliadoras.
[5]
Desgraciadamente, gran parte de las discusiones que se dan en torno a lo que es
y no es Fotografía se dan en torno a las particularidades del objeto, olvidando
de lo que esos objetos son portadores: testimonios, emociones: documento.
[6]
En otro texto escrito en 1998 comentaba: “Una de las enormes virtudes que tiene
el lenguaje fotográfico, más allá de la definición tradicional que le atribuye
la posibilidad de escribir con luz, es construir una forma memoria. La
capacidad de atrapar fragmentos de los fragmentos de la realidad, instantes del
tiempo, hace que, nosotros, los fotógrafos aficionados y no tanto, tengamos en
nuestras manos una forma de representar la memoria. Esta particularidad, la de
vincularnos tan estrechamente con la realidad y con el tiempo, no la tienen
otros medios. Las imágenes que crea un escultor, o un pintor o un dibujante,
pasan a través de un filtro muy severo que hace imposible creer a veces que lo
que vemos existió primero en la realidad. En el caso de la fotografía sucede lo
contrario. Si bien es cierto que hay un acto de interpretación de la realidad,
es innegable que ésta tuvo que haber existido al momento de oprimir el
obturador. Entonces, lo que te da la fotografía o el video, es ese estrecho e
innegable vínculo con la realidad. Dentro de la fotografía hay muchos géneros y
hay muchas formas de fotografiar y de interesarse por lo fotografiable. Hay
quienes salen al mundo exterior buscando o tratando de encontrar allí el motivo
a fotografiar. Pero hay otros que generan sus propias realidades para luego
fotografiarlas. El proceso de creación que se da en otras áreas de la creación
artística, lo genera este tipo de fotógrafo en la realidad misma: interviene la
realidad para luego fotografiarla. Ante este tipo de imágenes el espectador
asume una posición particular de incredulidad por un lado, pero de aceptación
ante lo que ve por el otro, ya que, como he venido diciendo, eso que él está
viendo reproducido ante sus ojos, tuvo que haber existido en algún lugar del
tiempo y del espacio, de lo contrario hubiera sido imposible atraparlo”.
[7]
Untitled, 2005, video sonoro color y
b/n, duración 4´ 15¨.
[8]
Docu_mental, marzo de 2006.
[9]
Réplica, 2005, video sonoro b/n, duración
8´.
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